
Cuando conocimos a Andrés de Fonollosa alias Berlin en los primeros episodios de La Casa di Carta, ciertamente no nos encontramos con el prototipo de héroe. Después de todo, ninguno de los personajes de la serie lo es. Los protagonistas a los que tanto hemos estado animando no son más que ladrones, delincuentes más o menos peligrosos, unos buscando un fin, otros un rescate o una segunda oportunidad que les permita enmendar los errores cometidos. Aún otros solo quieren probarse a sí mismos, demostrar que pueden evadir la justicia con astucia y habilidad. El Profesor y Berlín son parte de la segunda fila de ladrones. Lo que les mueve es la emoción del peligro, les encanta jugar con riesgo y apostar para poder ganar. Por ello, no debería sorprender que cada uno de los personajes sepa ser polémico a su manera, pero si hay uno que es más polémico que los demás, ese trofeo sin duda lo merece uno de los personajes más queridos de la historia. Serie completa, Berlín.
Si durante la primera temporada de la serie (Parte 1 y Parte 2) descubrimos lo mezquino y cruel que podía llegar a ser el personaje interpretado por Pedro Alonso, en el transcurso de los siguientes capítulos también conocimos un lado más delicado.
Después de ir a la muerte como mártir, sacrificarse por el éxito del plan de su hermano y salvar efectivamente a sus camaradas, Berlín nunca nos dejó realmente. Su muerte fue el comienzo de una historia mayor que redimió al personaje ante los ojos de los espectadores y que, al mismo tiempo, nos explicó por qué el personaje es capaz de ser tan sádico cuando es necesario.
Berlín de La Casa di Carta: un líder polémico
A pesar del carisma evidente de Alonso, cuando conocimos a Berlín en el primer puñado de episodios de La Casa di Carta, no fue fácil amarlo.
Arrogante, engreído, egoísta, violento, propenso a la ira, Berlín se convirtió en protagonista de algunos de los momentos más sonados de la serie.
Durante el golpe de estado en la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre, Berlín amenazó con matar a una mujer embarazada, entregó Tokio a la policía, sedujo a uno de los rehenes, tomó decisiones precipitadas sin el consentimiento del Profesor e hirió a Río.
A pesar de ser conocido por su total falta de empatía, Berlin finalmente dio su vida para que sus camaradas pudieran escapar con el dinero robado. Así, se ganó el aprecio póstumo de Tokio, Nairobi y sus compañeros y contó con el favor del público.
A partir de la Parte 3, Berlín siguió siendo una presencia habitual en la serie española de Álex Pina, labrándose un lugar especial en el corazón de los fans.
El sarcasmo y la veta narcisista que siempre han distinguido al personaje iban acompañados de algo más. El público empezó a empatizar con Andrés verlo interactuar con su hermano en el de Florencia, mientras elaboraba el robo más loco jamás realizado y se enamoraba perdidamente de una mujer llamada Tatiana. Por supuesto, el hombre violento que conocimos inicialmente seguía viviendo con la nueva imagen de Andrés de Fonollosa tomando forma en nuestras mentes (¡imposible olvidar el ataque a un hombre con un tenedor!), pero entendimos que, tal vez, había una razón por la que Berlín era capaz de tal brutalidad.
Solo obtuvimos respuesta durante la última temporada, la tercera (Parte 5, Volúmenes 1 y 2).
Los flashbacks de Berlín nos dijeron por qué tanto resentimiento
¿Cómo casa la imagen de una persona inteligente y carismática con la de un hombre misógino, un matón que parece no importarle nada ni nadie?
La respuesta a esta pregunta sigue viva en la historia de Berlín, Rafael y Tatiana. Los numerosos flashbacks sobre el pasado de Berlín no sirvieron para nada, como inicialmente imaginamos, para hacer de Rafael el salvador de la pandilla del Profesor. Los acontecimientos del pasado nos han mostrado por qué el corazón de Berlín se había endurecido hasta tal punto. Los flashbacks nos dijeron la historia de sus orígenes como villano.
No fue el descubrimiento de su enfermedad lo que lo insensibilizó ante el mundo y los demás, sino la desilusión que sufrió.
En el curso de La casa de papel - Parte 5: Volumen 1, Berlín encontró a su hijo Rafael, lo crió a la vida de un ladrón, lo hizo parte de un robo conmovedor en el castillo de Frederiksborg y, por lo tanto, le enseñó a tomar lo que quería. quiere.
No era difícil adivinar, ya desde el final del Volumen 1, que Rafael tenía un fuerte enamoramiento por Tatiana, la esposa de su padre.
Los flashbacks del Volumen 2 confirmaron lo que ya sospechábamos: Tatiana y Rafael engañaron a Andrés, se enamoraron y empezaron a salir a sus espaldas. Es al enterarse de haber sido apuñalado por la espalda por su propio hijo que Andrés literalmente pierde la cabeza, destruyendo la lujosa habitación en la que se encuentra y terminando así en prisión.
Encontramos a Berlín un tiempo después, recién salido de prisión. Y es en este punto que sentimos algo familiar: ya no nos enfrentamos al eterno Peter Pan, siempre optimista y entusiasta con la idea de una nueva aventura, sino al hombre loco, cínico y sin escrúpulos del episodio piloto.
La casa de papel
Ocho ladrones se atrincheran en el edificio de la Casa de la Moneda española con rehenes, mientras un cerebro criminal manipula a la policía para llevar a cabo su plan.
Pestaña abierta